RUMBO AL BICENTENARIO. La conmemoración -tan próxima ya- del Bicentenario de nuestra Independencia constituye una magna ocasión para hacer un balance de nuestra trayectoria histórica y una reflexión sobre lo que Víctor Andrés Belaunde denominó “peruanidad” y Jorge Basadre calificó como la “promesa de la vida peruana”. Diversas entidades y fondos editoriales han asumido la tarea de entregarnos publicaciones orientadas a iluminar dicho balance y dicha reflexión.
Sobresale, con su elegante diseño y encuadernación, la “Biblioteca del Perú / Colección Bicentenario” del Centro Cultural Inca Garcilaso, del Ministerio de Relaciones Exteriores, bajo la dirección del notable poeta Alonso Ruiz Rosas. El 2016 publicó los tres tomos de las “Obras completas” del Inca Garcilaso de la Vega, editadas y anotadas por el eminente historiador Carlos Araníbar. En el 2017 le tocó el turno a otro autor fundamental: Felipe Huaman Poma de Ayala, con los tres tomos de “Nueva crónica y buen gobierno”, también a cargo de Araníbar; se trata de una edición agotada, la cual, gracias al apoyo de la familia Araníbar y un acuerdo entre la Biblioteca Nacional del Perú y el Ministerio de Relaciones Exteriores, ha sido reproducida con la variante de que se brinda el facsímil completo del manuscrito original (sin separar el texto y los dibujos como hacía la anterior edición). En ambos casos, Araníbar ofrece versiones modernizadas (un español actual respetuoso del texto original) e índices, favoreciendo la lectura del público en general -y no solo la consulta de especialistas- de los dos máximos textos de cultura (forjadores de nuestra identidad nacional) del Perú.
Destacan, de otro lado, tres publicaciones del Congreso del Perú: un libro conmemorativo, de gran formato, bellamente ilustrado: “Bicentenarios de la Independencia del Perú”, tomo I, de Augusto Tamayo San Román; “Viajeros e Independencia: la mirada del otro” de Scarlett O’Phelan y George Lomné (eds.) y “Las voces de la modernidad. Perú, 1750-1870” de Cristóbal Aljovín de Losada y Marcel Velásquez Castro (eds.).
Mención especial amerita la Colección del Bicentenario, creada por la Editorial Arcángel San Miguel (ARSAM), ya que su público principal son los estudiantes, dentro de las lecturas escolares del Plan Lector. Un valioso proyecto, dirigido por el reconocido narrador Juan Manuel Chávez, de nueve relatos históricos: “El barco de San Martín” del propio Chávez, “Historia de los Bernardos” de Alejandro Neyra, “El aroma de la disidencia” de Sandro Bossio Suárez, “El año del Accarhuay” de Ulises Gutiérrez Llantoy, “El molle y el sauce” de Zoila Vega Salvatierra, “1814, año de la Independencia” de Claudia Salazar Jiménez, “Potosí” de David Lozano Garbala, “El marqués en el exilio” de Fabrizio Tealdo Zazzali y “Extractos de un diario, Perú, 1821” de Basil Hall.
CONMEMORACIONES. En el cuatricentenario del fallecimiento de la primera santa de América, Stephen M. Hart, haciendo gala de su formación filológica y sus dotes para confeccionar biografías, realizó dos importantes contribuciones: una edición crítica del “Proceso apostólico de Santa Rosa de Lima” y el libro “Santa Rosa de Lima: la evaluación de una santa” (Cátedra Vallejo).
En homenaje al centenario de la muerte de Leonidas Yerovi, tuvimos una edición facsimilar de “La de cuatro mil” (Academia Peruana de la Lengua).
Asimismo, la Academia Peruana de la Lengua organizó un coloquio internacional sobre Ciro Alegría, cuyas actas conformaron el volumen “Un mundo ancho pero ajeno: 50 años de la desaparición de Ciro Alegría” (A.P. Lengua, U. Ricardo Palma y Cátedra Vallejo). Además, lanzó una edición de “La serpiente de oro”, precedida por un clásico estudio de Alberto Escobar.
De otro lado, la Fundación Marco Antonio Corcuera, junto con un coloquio internacional conmemorativo del centenario del nacimiento de M. A. Corcuera, resucitó en Trujillo el legendario concurso “El Poeta Joven del Perú” (su anterior versión se remonta a 1999), prolongando así el legado de quien creó dicho certamen. La continuidad fue simbolizada, de manera mágica, por el increíble hecho de que el nuevo ganador, Roy Vega Jácome, es hermano menor de quien había sido el triunfador en 1999, Selenco Vega Jácome.
LEGADO CULINARIO: Con toda justicia, la primera vez que el Ministerio de la Producción otorgó un Premio Honorifico a la Innovación, decidió concederlo al P. Johan Leuridan Huys, Decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres. Galardonó así su dedicación visionaria a la inmensa y necesarísima tarea de fomentar la investigación interdisciplinaria, de alto nivel académico, sobre la culinaria peruana, convencido de que constituye una de las más extraordinarias de la gastronomía mundial. Cuatro décadas con valiosos frutos editoriales (subrayemos que año a año numerosos libros de la USMP han ganado premios de la Gourmand Award Cookbook, institución que eligió a la USMP como la mejor editorial de gastronomía en el mundo entero en 1995-2015), lo erigen como el principal pionero del reconocimiento que goza la culinaria peruana a escala planetaria.
Este año la USMP editó trabajos que hacen justicia al legado milenario de la cocina peruana en sus diversas regiones: entraron en circulación los dos tomos de “Picanterías y Chicherías del Perú”, bajo la dirección de Isabel Álvarez Novoa; y fueron publicados “Mujer, poder y alimentación en el antiguo Perú” de Maritza Villavicencio y “Los valores de la tradición culinaria peruana” de Ronald Arquíñigo Vidal.
El interés por las cocinas regionales igualmente caracteriza a otro de los grandes libros del año: Alonso Ruiz Rosas nos encandiló con la tercera edición, aumentada, de su monumental “La gran cocina mestiza de Arequipa” (Tambo de papel).
COMPILACIONES RELEVANTES. Un proyecto compilatorio digno de encomio es el que ha emprendido Jorge Valverde Oliveros consagrado a uno de nuestros poetas principales: Martín Adán, quien exige un auténtico trabajo de Hércules con sus innumerables papeles y versiones (más la documentación anexa) de sus textos. Sus dos primeras entregas poseen un rigor filológico de primer orden, en tanto confrontan manuscritos, copia mecanografiada y ediciones existentes, de los sonetos de “Arquitectura” (dados a conocer en “La República” en 1981, con prólogo de Alfonso La Torre e ilustraciones de reconocidos pintores, y no publicados en forma de libro) y el extenso poema “Escrito a ciegas” (de 1961), acompañado de utilísima documentación e imágenes (Asociación Isegoría).
Revuelta Editores prosiguió con la loable tarea de reunir los textos de uno de nuestros mayores escritores: Julio Ramón Ribeyro. Este año nos obsequió su “Teatro completo” y su experimento novelesco “Cambio de guardia”, ediciones a cargo de Jorge Coaguila. Convergentemente, Pesopluma reeditó “Crónica de San Gabriel”, la mejor novela de Ribeyro.
El especialista Ismael Pinto Vargas plasmó un aporte largamente esperado “Mercedes Cabello de Carbonera: Artículos periodísticos y ensayos” (Congreso).
Enriqueciéndolo con otros enfoques que Luis Alberto Sánchez (la autoridad máxima sobre el Cantor de América) tejió sobre Chocano, Ricardo Arbulú Basombrío nos brindó una cuidada reedición del capital estudio “Aladino o vida y obra de José Santos Chocano” (Congreso).
Párrafo especial merece la monumental reunión de los aportes efectuados por el gran peruanista Pierre Duviols: “Escritos de historia andina: Cronistas”, tomo II (Biblioteca Nacional). Resaltemos que las secciones concernientes al Inca Garcilaso y a Huamán Poma son tan extensas que bien podrían configurar libros autónomos, por cierto sumamente perspicaces sobre ambos cronistas.
NOTABLES TRADUCCIONES. Una proeza cultural: Hiroko Izumi Shimono e Iván A. Pinto Román coronaron la primera versión completa en castellano directamente traducida del japonés, de la obra cumbre del Japón: “El relato de Genji” de Murasaki Shikibu, partes II y III, bellamente impresas e ilustradas (Asociación Peruano Japonesa).
Y nuestro traductor más cosmopolita, el gran poliglota y excelente poeta Renato Sandoval Bacigalupo, enhebró una imponente muestra de voces de diversos idiomas: “Atajos a la nada (Opiniones y versiones)”.
OTRAS GRANDES EDICIONES. Un logro mayor: la edición facsimilar de “Memorial, informe y manifiesto” de Fr. Buenaventura de Salinas (Biblioteca Nacional).
Ensayos: El mayor conocedor de la realidad amazónica, Róger Rumrrill, cinceló un libro de lectura obligatoria: “Amazonía: sombras y luces”, un título conectable con el célebre de Jorge Basadre: “Perú: problema y posibilidad” (Moyobamba, Dirección Descentralizada de Cultura San Martín). Sobresalió, igualmente, una nueva reunión de los sustanciosos ensayos sobre la novela y los novelistas que desplegó el gran narrador Miguel Gutiérrez, y que dejó lista antes de su lamentable fallecimiento: “Celebración de la novela”, tomo I (Penguin Random House). Debemos añadir la conexión entre diversas artes que enhebra el poeta Luis Rebaza Soraluz en “De ultramodernidades y sus contemporáneos” (FCE); y, sin duda, la magistral propuesta del notable narrador Diego Trelles Paz sobre la originalidad del relato policial latinoamericano: “Detectives perdidos en la ciudad oscura: novela policial alternativa en Latinoamérica. De Borges a Bolaño” (Premio Copé, Petroperú).
Estudios literarios: Los dos primeros tomos de “Historia de las literaturas peruanas” que dirigen Raquel Chang-Rodríguez y Marcel Velásquez Castro (Casa de la Literatura Peruana); “Las conciencias lingüísticas en la literatura peruana” (Lluvia) de Dorian Espezúa Salmón; “Génesis de los dramas del Fin del Inca Atahualpa y los mitos de Incarrí” (Argos) de Jean-Philippe Husson; “Innata vocación del escritor Gamaliel Churata” y “Los abismos de Mario Vargas Llosa” de José Luis Ayala (Cultura Peruana).
Arqueología e Historia: “Pachacamac: el oráculo en el horizonte marino del sol potente” (Colección Arte y Tesoros del Perú, Banco de Crédito); Akira Saito y Claudia Rosas Lauro (eds.), “Reducciones” (U. Católica) y Scarlett O’Phelan Godoy y Margarita Rodríguez García (eds.), “El ocaso del antiguo régimen en los tiempos ibéricos” (U. Católica).
Biografía: Servais Thisson, “Mariátegui: la aventura del hombre nuevo” (Horizonte).
Antropología: Pedro Favaron, “Las visiones y los mundos”: sendas visionarias de la Amazonía Occidental” (CAAAP y U. de Ucayali).
Filosofía: Oscar Quezada Macchiavelo, “Mundo mezquino” (U. de Lima) y Fermín Cebrecos, “Lituma en los Andes y la ética kantiana: los idearios ético-políticos de Mario Vargas Llosa y Sendero Luminoso” (U. de Lima).
Arte: Omar Aramayo, “Humareda” (U. del Altiplano, Biblioteca Puneña)
Cine: Isaac León Frías y Federico de Cárdenas, “Hablemos de Cine: Antología”, tomo I (U. Católica); I. León F., “20 años de estrenos de cine en el Perú, 1950-1969” (U. de Lima) y Ricardo Bedoya, “El Perú imaginado” (U. de Lima).
Periodismo: María Mendoza Michilot, “El rostro de los diarios digitales en el Perú” (U. de Lima).
POESÍA. Comencemos destacando tres poemas extensos, microcosmos vivenciales de admirable vuelo creador, contribuciones mayores a la lírica actual: el himno amoroso “Celebración de tu cuerpo” (Peisa), lo mejor que haya tejido el consagrado -recientemente fallecido- Arturo Corcuera; el balance-meditación vital “Vide cor tuum” (Perro de Ambiente) de Juan de la Fuente Umetsu; y el testimonio generacional, de logrados recursos lírico-narrativos, “Lanzo mi mano como una daga contra el horizonte” (Arequipa, Centro Cultural Peruano Norteamericano y Aquelarre) de Oswaldo Chanove.
Mención especial reclama el brillante retorno del legendario concurso El Poeta Joven del Perú, convocado por la Fundación Marco Antonio Corcuera. Premió un señor poemario, imprescindible: “Runas grabadas en la piel” de Roy Vega Jácome (Trujillo, Cuadernos Trimestrales de Poesía, Fundación Marco Antonio Corcuera y U. de Piura).
Les acompañan dos sustanciosos poemarios, ricos en referencias socioculturales y recursos expresivos, poderosamente críticos: “Ciudad (c) oral” (Paracaídas), en tensión con la “ciudad letrada” occidental, de Odi Gonzales; y “Wañupaycha/Partothötröl” (Nueva York, Sudaquia), estremecedor redoble por la población masacrada y/o desaparecida, de Alberto Valdivia Basselli. Y, entrañablemente andina, la sensibilidad luminosa, humanizadora del cosmos entero, de Idaluz Solís Madrid, en “El azul de los tejados de la luna” (Acuedi).
Añadamos la excelencia de “El espíritu de los ríos” (Caja Negra) homenaje a la Amazonía y la energía erótica, del consagrado Marco Martos; “El sendero del irivenir” (Celacanto) de Paul Forsyth Tessey; y “El lugar donde orina un animal” (Juliaca, Hijos de la Lluvia) de Darwin Bedoya.
No omitamos, de otro lado, la calidad relevante de “Jardín de cosas y de circunstancias” de Iván Rodríguez Chávez, “Sefirot” (Carpe Diem) de Rosamarina García Munive, “Mariposa blanca” (Arequipa, Conde de Lemos) de Gloria Mendoza Borda, “Cartografía de mi cuerpo” de Julio Garrido Huaynate, “Nostalgia del viejo aliso” (Ángeles de Papel) de Carlos Zúñiga Segura, “Tequila prayers” (Paracaídas) de Julia Wong, “El canto de la Meloda” (Cultura Peruana) de Nora Curonisy, “Tu luz de invierno” (Intermezzo Tropical) de Luis Fernando Jara y “Materia oscura” (Intermezzo Tropical) de Carlos Villacorta.
Párrafo aparte exigen dos volúmenes de microtextos (casi todos de una línea) hondos y connotativos: “Poemas concisos” (Vicio Perpetuo) de Winston Orrillo y “Proverbios y aforismos” (Palabras del Oráculo) de César Toro Montalvo.
En el rubro de obras completas, además de dos nuevas compilaciones de las voces absolutamente fundamentales de Emilio Adolfo Westphalen (“Simulacro de sortilegios”, Sur Librería Anticuaria) y Rodolfo Hinostroza (“Poesía completa”, Lumen); sobresalió la reunión de los poemarios (con el plus de un libro en proceso) de una de las mejores autoras hispanoamericanas en actividad: Mariela Dreyfus, bajo el título “Gravedad” (Nueva York, Artepoética). También reunió de su valiosa obra Ricardo Falla Barreda: “Poesía abierta” (U. San Marcos).
CUENTO. En primer lugar, Roberto Reyes Tarazona (integró la revista “Narración”) plasmó un conjunto magistral de narraciones que condensan procesos vitales (reconstruidos por narradores intrigados por el conflicto subyacente) con finales abiertos a la conjetura: “Composición en sombras” (Campo Letrado); Selenco Vega Jácome, artísticamente maduro, ahondó sutilmente en la psicología de los personajes de “El japonés Fukuhara” (Premio Watanabe, Asociación Peruano Japonesa); y la versátil prosista Irma del Águila, siempre explorando formas narrativas, esta vez optó por textos que albergan momentos iluminadores (epifánicos) entre líneas: “Mínima señal” (FCE).
En segundo lugar, confirmaron que resultan imprescindibles en nuestra narrativa actual: José Donayre, “Paisaje punk” (Altazor), Pedro Llosa Vélez, “La medida de todas las cosas” (Emecé Cruz del Sur), Katya Adaui, “Aquí hay icebergs” (Penguin Random House), Luis Eduardo García, “Adiós, Sofía” (Trascender) y María José Caro, “¿Qué tengo yo de malo?” (Alfaguara). De otro lado, nos entusiasmaron dos nuevos cuentistas de consideración: José Carlos Agüero, “Cuentos heridos” (Lumen) y Enrique Carbajal, “El hombre de los relámpagos” (Municipalidad Provincial de Trujillo).
Cabe añadir la solidez narrativa de Fernando Espíritu, “Otro más que muerde el polvo” (Intermezzo Tropical), Paul Baudry, “El arte antiguo de la cetrería” (Peisa), Christian Solano, “Una calma aparente” (Planeta) y Andrea Rivera Carrillo, “Estaciones” (Altazor).
En el rubro de cuentos reunidos, nos deslumbraron dos de nuestras mejores escritoras: Pilar Dughi, “Todos los cuentos” (Campo Letrado) y Teresa Ruiz Rosas, “El color de los hechos” (Biblioteca Abraham Valdelomar).
MICRORRELATO. Se consolidó el cultivo de la minificción. Aplaudamos a Alberto Benza González, “Hojas de otoño” (Morón, Argentina); William Guillén Padilla, “Cien llamas en el llano” (Cajamarca, KN); Jaime Pantigozo Montes, “Presentimiento” (Lluvia); Darwin Bedoya, “Canciones de cuna” (Juliaca, Hijos de la Lluvia); Walter Bedregal Paz, “El libro de nuestros nombres” (Juliaca, Hijos de la Lluvia); Pedro López Ganvini, “Los zombies que cayeron del cielo” (Edimerial) e Ítalo Morales, “El aullar de las hormigas” (Estruendomudo).
NOVELA. Postulamos un trío extraordinario para elegir la mejor novela del año: por su perfección verbal y multiplicidad de niveles de la realidad enfocada, “Anamorfosis” (Premio Ribeyro, Banco Central de Reserva) de Julián Pérez; por la complejidad psíquica y ética de sus personajes, y la alternancia expresiva entre los capítulos de pesquisa autoficcional (en la senda de su aclamada novela anterior, “La distancia que nos separa”) y los de imaginación novelesca con un lenguaje más expresivo y connotativo que el declarativamente autoficcional, “Dejarás la tierra” (Planeta) de Renato Cisneros; y por el alarde metaliterario (comenta un poema de factura memorable) que no impide la riqueza del marco histórico y los contextos sociales recreados no solo con ingenio, sino con penetración crítica, “Quién es D’Ancourt” (Alfaguara) de Carlos Arámbulo.
El año ha sido tan pródigo, que cabe agregar un cuarteto fuera de serie: “Ardiendo en la batalla” (Municipalidad Provincial de Trujillo) de un novelista con trayectoria formidable, Juan Morillo Ganoza (integró la revista “Narración”); “La procesión infinita” (finalista del Premio Herralde, Océano) del consagrado internacionalmente Diego Trelles Paz; “Esta casa vacía” (Peisa), estupenda cala psicológica de Marco García Falcón; y “Las orillas del aire” (Seix Barral), nuevo fruto de la madurez artística de Karina Pacheco Medrano.
Sería injusto, además, no resaltar la alta calidad de “El camino de Santiago” (finalista del Premio Planeta) de Eduardo González Viaña, “La noche sin ventanas” (Alfaguara) de Raúl Tola, “La sinfonía de la destrucción” (Planeta) de Pedro Novoa, “Las flores de Babelia” (Municipalidad Provincial de Trujillo) de Ladislao Plasencki, “El increíble asalto en la estación del cielo” (Nueva York, Axiara) de Eduardo Huárag, “Algunas muertes” (Campo Letrado) de Miguel Ángel Torres Vitolas y “Calima” (Atalaya) de Gonzalo Higueras. Y cómo no aplaudir el debut como novelistas de César Panduro Astorga, “Vidas de barro” (Amotape), y Aldo Díaz Tejada, “To live is to die” (Arequipa, Cascahuesos).
NOVELA CORTA. La maestría de Alina Gadea en “Destierro” (Emecé Cruz del Sur) preside un racimo memorable: “Sustitución” (Emecé Cruz del Sur) de Jack Martínez Arias, “Réquiem al pie de Barrios Altos” (Cosmos) de Ladislao Plasencki (con un prólogo notable de Roberto Reyes Tarazona), “Santiago” (Tacna, Cuadernos del Sur) de Gabriela Caballero Delgado, “La secta Pacho Fierro” (Premio Cámara Peruana del Libro) de Miguel Sánchez Flores, “Halo de la luna” (Pelsa) de Carmen Ollé, “Memoria de Felipe” (MDIH) de Miguel Ildefonso y “Cautivos de mar y tierra” (Huancayo, Acervo) de Juan Carlos Suárez Revollar.
RESCATES. Poesía: Uno de los libros del año fue “Bodegón: poemas reunidos 1973-1976” (Vallejo & Co.) de uno de nuestros poetas más importantes, representante máximo del neovanguardismo no solo a nivel peruano, sino hispanoamericano en general: Enrique Verástegui; se trata de una necesarísima compilación de sus textos dispersos en esos años, a cargo de Renzo Porcile. Agreguemos la reedición de “Pámpano” (Biblioteca Abraham Valdelomar) de Gustavo Pineda Martínez, un aporte de César Panduro Astorga.
Cuento: “El jardín de las lámparas” (Altazor) del modernista poco conocido Luis Enrique Moreno Thellesen, a cargo de Elton Honores.
Novela: Acertadamente, se rescató dos novelas de factura admirable: “El escarabajo y el hombre” (La Travesía), la novela más experimental de Oswaldo Reynoso, y “La piedra en el agua” (Animal de Invierno) de Harry Belevan, una cumbre en nuestra narrativa metaliteraria y fantástica. De otro lado, la cuarta edición de “Los juegos verdaderos” (Arequipa, Cascahuesos) tuvo una resonancia mayor que las anteriores, permitiendo que se constate la alta calidad de Edmundo de los Ríos (quien también fue recreado por Fernando Ampuero en “Lobos solitarios”).
ANTOLOGÍAS. Poesía: Mauro Mamani Macedo, “Sitio de la tierra: Antología del vanguardismo literario andino” (FCE); Segundo Cancino, “Poesía en Tacna” (Cuadernos del Sur); César Panduro Astorga, “Poetas en la arena: Antología de la poesía iqueña” (Biblioteca Abraham Valdelomar); Marita Troiano, “La poesía nos une” (Carpe Diem); Rubén Quiroz Ávila, “Divina metalengua que pronuncio: 16 poetas transbarrocos” (El Lampero Alucinado); Martín Horta, “Poesía peruana”, tomo II (B. Abraham Valdelomar); y las antologías personales “En una lengua rompida" (Quito) de Mario Montalbetti, “Catálogo del maestro de obras” (Summa) de Enrique Sánchez Hernani, “Una sola carne: Antología amorosa” (Diputación de Salamanca) de Alfredo Pérez Alencart, “Las voces aquí reunidas” (Paracaídas) de Lorenzo Helguero y “Un camino de regreso” (Eureka) de Diego Eguiguren.
Cuento: Carlos Morales Falcón, “Poetas que cuentan” (Bisonte); Andrew Louyer, “Pasajes de lo fantástico / Antología de relatos de expresión fantástica en el Perú” (Maquinaciones); Nataly Villena Vega, “Como si no bastase ya ser / 15 narradoras peruanas” (Peisa); José Donayre Hoefken, “Sexo al cubo / Veintisiete relatos sobre la sexualidad femenina” (Altazor) y “Trece veces Sarah” (Altazor); Willy del Pozo, “Gracias totales / Tributo narrativo a Soda Stereo” (Altazor); Marita Palomino, “13 del cuento” (Arteidea); “El cuadro de Marilyn y los cuentos ganadores finalistas de la XIX bienal de cuento peruano Copé 2016” (Petroperú); “El médano blanco / Antología de leyendas sechuranas” y “El viejo pescador / Antología de cuentos sechuranos” (Municipalidad Provincial de Sechura); y la antología personal, consagratoria internacionalmente, “Íntimos y salvajes” (México, Tusquets) de Fernando Ampuero.
HÍBRIDOS TEXTUALES. Dos de los mayores aportes del año fusionaron los géneros literarios y el componente visual del libro: familia huitoto Yahuarcani López, donde sobresale la maestría literaria y pictórica de una voz amazónica de primer orden, Rember Yahuarcani, “El verano y la lluvia” (Casa de la Literatura Peruana). Y “Persona” (FCE), de un autor imprescindible que se ha revelado en esta década como narrador, poeta y ensayista de poderosa y desgarradora creatividad: José Carlos Agüero.
LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL. Además de la mencionada Colección del Bicentenario dirigida por Juan Manuel Chávez (Arsam); recomendamos a Isabel Córdova Rosas, “Tinko y Gaby, guardianes de la selva” (SM); Jessica Rodríguez, “César Vallejo: vida y obra” (Panamericana); Óscar Colchado Lucio, “Dos chicos del Rímac” (Norma); Hernán Garrido-Lecca, “El abuelo del bosque” (Planeta); Juan José Cavero, “Un manantial en el desierto” (Premio El Barco de Vapor, SM); Virginia Wiese Miró Quesada, “El mundo subterráneo” (Santillana); Pamela Gonzales, “Duke” (Altazor) y Gloria Portugal, “Cuatrojos” (ICPNA).
NO FICCIÓN. Gabriela Wiener, “Dicen de mí” (Estruendomudo); Daniel Alarcón, “La balada de Rocky Rontal” (Estruendomudo); Fernando Ampuero, “Lobos solitarios” (Peisa); Arturo Corcuera, “Vida cantada / Memorias de un olvidadizo” (La Mula Edit.); José María Salcedo, “Inútil es decir que te he olvidado” (Caja Negra); Eloy Jáuregui, “Caza propia” (Lancom); Enrique Sánchez Hernani, “La manía de escribir” (Cultura Peruana); Ezio Neyra, “Pasajero en La Habana” (Emecé Cruz del Sur) y Daniel Titinger, “No quiero salir de casa” (Debate).
CRÍTICA. Evelyn Sotomayor Martínez, Pensar en público: las veladas literarias de Clorinda Matto en la Lima de la posguerra (Biblioteca Nacional); coloquio internacional “Poesía, pensamiento y acción de Manuel González Prada” (Cátedra Vallejo, Academia Peruana de la Lengua y U. Ricardo Palma); Enrique Bruce Marticorena, “Estantes oscuros / El mal como estética en el Modernismo y la literatura fantástica en Latinoamérica, siglos XIX y XX” (Congreso); Roberto Reyes Tarazona, “Tres veces Miguel Gutiérrez” (U. Ricardo Palma); Juan Carlos Ubillús, “La venganza del indio” (FCE); Miluska Benavides, “Naturaleza de la prosa de José María Eguren” (Academia Peruana de la Lengua); Gladys Flores Heredia, “La poesía transtextual de Pablo Guevara” (Academia Peruana de la Lengua) y Mario Vargas Llosa, “Conversación en Princeton con Rubén Gallo” (Alfaguara).